Las Pastillas del abuelo, ayer cerró un Luna Park increíble. No los fui a ver muchas veces pero hace tan solo unas horas su recital me hizo percibir cómo crecieron musicalmente. Los temas salían como pan del horno, bien amazados y con la sal justa. Invitados oportunos sazonaron a gusto cada una de las performances.Y sin intenciones de hacer un análisis muy detallado del recital (que se lo merece pero seguramente alguien pueda hacerlo mejor que yo) vengo con otro tema que sí me gustaría detallar: uno que pude percibir con claridad; la vida del cocacolero. Y no estoy hablando de Evo Morales ese sería un COCALERO. Estoy hablando de esos tipos que van corriendo a la gente con bandejas llenas de bebida, los salmones luchando contra la corriente para lograr su objetivo.
¿Qué vida no?. Pensar que no importa quién toque o quién juegue, ellos van a vender bebidas. Se tienen que fumar cualquier cantidad de bandas que probablemente no conocen, se tienen que bancar públicos totalmente distintos y situaciones totalmente locas...
El recital estallaba, estaba hasta las manos de gente y costaba pasar entre la gente pero para ellos era fácil, no importaba si tocaba Las Pastillas del Abuelo, La Renga o Motorged en donde ellos levantan la bandeja; PASAN. La gente se corría como si Moisés dividiera las aguas. También noté que ahora hay "cocacoleras"; hembras que pasean con Coca. Eso sí es nuevo...
No hay comentarios:
Publicar un comentario