martes, 28 de junio de 2011

La Bondiola Mística














Existe en este universo (y quizás en otros) un lugar que no deja agua en la canaleta o en la zanja de cualquier ser humano en Argentina, es el McDonald callejero de la prole, el conocidísimo "puestito de choripán de la costanera".

Y es que todos alguna vez hemos parado a comer allí, la comida callejera tiene un sabor especial un aroma distinto. Tiene aditamentos Anti-gurmeT que permiten que los sabores fluyan y experimenten relaciones orgásmicas en la lengua. Es que todo tiene que ver con el método de almacenamiento y el lugar de proveniencia de los productos que allí se expenden...

Si sos una persona impresionable, te recomiendo que sigas leyendo así después me comentás una puteada, porque lo que te vas a enterar te va a sacar el hambre.

Era un día soleado (mentira hacía frío y recién estaba amaneciendo) yo salía de bailar de algún boliche y con mis amigos decidimos que un choripan o una mondiola iban a saciar a nuestros frustrados hígados que resignados nos amenazaban "Si te clavas una birra más le vomito a la primer mina que te pase por al lado". Caminábamos irregularmente cerca del planetario, donde también suelen ubicarse estos puestitos listos para vender choripanes y bondiolas místicas...A lo lejos, avistamos el primer puestito. Supimos que estaba funcionando, dado que salía humo a lo pavote y se veía a lo lejos una persona con delantal y gorrita.
El paisaje era hermoso...un lago, el planetario, travestis mal construídos y el aroma que nos fue seduciendo completaban un ambiente cuasi perfecto. Totalmente borrachos, encaramos rumbo hacia el puesto...

Faltaban no más de 62 pasos y medio para estar frente a "La Parrilla Loca" cuando sin aviso alguno, vimos al moncho que atendía el puesto, culo pa'arriba frente al lago. Al principio pensamos que un travesti había tomado carrera para empalarlo como a un cerdo al asador, pero a medida que los pasos se acortaban nos dimos cuenta que estaba jalando algo (y no era poxi-ran) desde los interiores del lago. Poco a poco,se fué vislumbrando de entre la mierda de pato y el agua contaminada, una tira gigante de chorizos que no tenía fin. El moncho los "refrigeraba" en el agua del lago. Nos dió un poco de impresión pero igualmente decidimos comer ahí, porque no había otro lugar y porque eramos re locos en ese entonces. La bondiola parecía potable, en los chorizos ni pensamos...

Moncho:
¡Buen día muchachos!
Alguno de nosotros:
¿¡Buen día señor moncho, qué nos recomienda!?
Moncho:
Los choricitos están especiales...
Alguno inteligente de nosotros:
No gracias, comimos choripán anoche...
Moncho:
Listo, ¡salen unas mondiolas!
Yo:
¿Los chorizos así mantienen bien la temperatura no?.
Moncho:
Sí en la heladera se ponen feos enseguida. Además así salen con un gustito extra, no sé si me entendés...

Opte por regalarle mi borracha sonrisa y pensé "la verdad Moncho, no, no entiendo". Es el día de hoy que no entiendo hijo de puta. El agua esa además de estar contaminada con mierda de pato y con basura debe tener algún que otro fiambre (ser humano ya morido) ahí tirado y más leche de travesti que La Serenísima.

Por eso, como les decía, el elemento anti-gurmeT le da un sabor distinto, pero no se dejen engañar porque a más de uno le da cagadera. Es para osados. Como esos programas donde el anfitrión se va a un país que todavía no tiene nombre cerca de Mongolia, se mete en una villa y prueba mierda de lechuza al horno o alguna forrada similar que te revuelven el estómago. Pero, como siempre dije a la hora de comer en la calle, si hay mucha gente que viva en la ciudad donde la venden al rededor, es un buen síntoma para el viajero. Y nosotros éramos viajeros en esa calle fría el pavimento con el baibén de nuestras escabias cabezas casi que nos tiraba puñetazos a los ojos, además, había demasiados travestis mostrando sus carnes transgénicas. Mejor clavarnos el chorizo que vendía el viejo que algún otro chorizo. En este tipo de puestos, la bondiola siempre safa.

He aquí, un poco de humor observacional que espero que disfruten:

-Tienen miles de salsas para elegir y condimentar el sánguche. Muchas de ellas no sabemos qué tienen, de hecho la gran mayoría pareciera que están hechas a base de Baba de Caracol.
-El idioma básico que manejan los vendedores, no nos permite rehusarnos a la experimentación culinaria

Moncho:
¿E ongo huevo amiu?
Vos:
Eh....si qué se yo tengo hambre. DAME.

-Venden cerveza. Una birrita en la costanera acompañada de un chori es una experiencia de ida....al baño. Comer un choripán en estos expendios, te puede producir el mismo efecto que le produciría a Mirtha Legrand colarse una pepa.
-Son económicos. Dentro de todo, uno puede comprarse algo, no te van a arrancar tan alevosamente la cabeza.
-Son Multitud (como las palomas). No entiendo porqué ni cómo es que les rinde tanto pero vas caminando por costanera y tenés 1 puestito cada 50 metros. Es como ir caminando por la calle y ver un Kiosko cada 30 metros.
-Una imágen clásica es la de la pila de patis cocidos listos para ser recalentados e introducidos en nuestro sistema digestivo.
-Ni por casualidad vas a encontrar una heladera que contenga la carne, la heladera se reserva para la cerveza y punto.
-¿Posibilidad de contraer alguna enfermedad por intoxicación?. 56%. Como dije antes, este es un deporte para osados.
-Los nombres, por dios, me matan los nombres que les ponen son tan sencillos, lo que pasa es que el Marketing corre por otro lado, te venden con el olorcito.

"El Parrillón"
"La parrilla del Tío"
"El Chapulín"
"El Chorizo Loco"
"Parrilla Don José"
"Parrilla Don Carlos"
"La Chaucha Loca"
"SuperPollo" (Y no venden pollo)
"MI PARRILLÓN" POR DIOS, MI PARRILLÓN.

¿Qué dice un chorizo de estos cuando entra a tu estómago?



Otro folklore agregado de estos lugarcetes, es la música. Obviamente es Reggeton o Cumbia que suman un elemento a la mística del marketing callejero. Y en más de una oportunidad me he encontrado con la radio paraguaya CACHACA PIRU a todo trapo.

El misterio de la popularidad de estos carritos es casi tan profundo como el misterio del Naranjú. Mi teoría conspirativa, habla de que son una pantalla de humo para los siguientes negocios maléficos:
-Lavado de dinero.
-Venta de drogas.
-Tráfico de Viejas.
-Reventa de carne en mal estado.
-Expansión de la cultura paraguaya mediante una radio que posee mensajes subliminares.

Sea cual sea, sin importar, la gente sigue comiendo y la culpa de los ataques de hígado o cagaderas cuánticas siempre apuntan a un solo culpable: A la Mondiola Mística.

4 comentarios:

  1. Me apasiona la redacción, hace que uno esté ahí,huela,oiga,camine con vos;sienta todo lo que trasmitís-Mis Gracias por trasladarme a tus escritos.Nan

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  2. AGUANTE PAPA, QUE BUENO Q VOLVIERON LOS EXTOS...ABRAZO ACHU

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  3. al rededor = alrededor

    baibén = vaivén

    ===============================
    y te olvidaste de los muchachos que siempre andan en la zona como " el paragua/aleman borracho " y las atracciones de costanera sur como lo son la Red de sogas de atras de la alameda, cruzar para la reserva, etc.. ( ya te acabo de llenar de info para la Mondiola Mística II ).

    To Lee. ;D

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  4. conclusion:no voy nunk mas!!
    p.d.:red de 'sogas'o togas?

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